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domingo, 14 de agosto de 2016

Let's go camping

El jueves 11 de agosto tuve mi primer entrenamiento de football. Por la mañana fui al instituto (por cuarta vez esta semana) y entregué TODOS los papeles que necesitaba para entrar en el equipo de gratis.

No sé si expliqué esto ya, pero al parecer los institutos de la zona suelen dejar que los exchange students no paguen por ingresar en un deporte, pero al parecer el mío sí, pero como vine con una beca eso significa que soy pobre podía conseguir ese privilegio de no tener que pagar; eso sí, casi les tengo que entregar una copia de mi cara para poder completar toda la solicitud. Me preguntaban hasta como había hecho mi local coordinator para encontrarme una familia.

Por ahora no es seguro pero parece que me he ahorrado $204, y me dan el equipaje completo, excepto los zapatos (que me van a prestar unos para los primeros días). Lo que si que no me esperaba era que ese mismo día ya podía entrenar.

Pensad en la situación: no tengo ni idea de football, no sé que hace cada jugador ni sé las normas y ningún tipo de estrategia, por consiguiente tampoco sé en que posición quiero jugar. Muy divertido todo. Por lo menos tengo ganas que es lo que importa, ¿no?

A las 2:30 de la tarde fui al instituto (otra vez) y hablé con el capitán, que me dio toda la ropa, la cosa esa que te pones en los hombros y el casco. A las 3 empezó el entrenamiento. La verdad es que me lo pasé bien kind of. Era todo super americano, calentaban gritando y diciendo WOLVES cada dos por tres y con sus gritos de equipo y la hermandad que tienen, incluso al final del entrenamiento me dejaron "liderar" el grito este que tienen. La gente era muy amable conmigo y tenían en cuenta que no tenía ni idea de lo que estaba haciendo, además de que esto de ser español abre temas de conversación como "¿has visto a Cristiano Ronaldo?" y cosas así.

Al principio pensé que me iba a dar un chungo de tanto ejercicio seguido (son dos horas y media de lunes a viernes) pero cuando empezamos a practicar para el partido me di cuenta de que es imposible cansarte jugando a eso porque es básicamente ponerte en posición, correr, esperar a que pase algo con la pelota y parar hasta volver a ponerte en posición y empezar de nuevo.

He escuchado de todo y me han dicho de todo, desde locuras como que "they say you're good" hasta "he's lucky he's in Alaska cause if he were in Texas he wouldn't be able to start football as a junior". Además de que todo el mundo piensa que estoy loco y que me van a matar, pero bueno, ventajas de estar en Alaska, que aquí la gente no está tan pirada por el deporte y los jugadores esos de las películas que miden 2 metros de alto y 3 de ancho no se ven. Por eso pude entrar en el equipo, sigo sin creerme que hayan dicho en serio que soy bueno en esto.

Al día siguiente había partido, pero yo necesito 10 entrenamientos para poder jugar, así que fui a ver al equipo de los juniors (JV) y animar un poco. Pude ver a las animadoras, las pobres con chubasqueros dándolo todo para animar al equipo y al público (aunque no estaba ni el Tata, había cuatro madres y fiesta). Como primer partido de football estuvo muy bien, sobretodo ver como la poca gente se dejaba los pulmones animando.

(Siento que el vídeo esté torcido)

Después del partido entre una cosa y otra me enteré de que voy a jugar con los seniors, así que ahora no hay ningún motivo para que sea junior, aunque aún no sé que pasará con eso.

Pero la aventura real empezó dos horas después del partido, a las 6 de la tarde. Me fui de camping con los jóvenes de 12 a 15 años de la iglesia (yo iba de acoplado, sí). Yo en mi vida había acampado en ningún lugar, así que no sabía que esperar, simplemente fui con ellos y empecé a caminar con un mochila que debía pesar unos 12kg (y con tenis y vaqueros, peor decisión de la semana). Por suerte no llovió mientras caminábamos, que fueron 3 horitas de montaña y belleza alaskense, y de arrepentirme MUCHÍSIMO de no haberme llevado la cámara. En serio, era precioso.




Llegamos a un sitio que quedaba en medio del río y un lago llamado Symphony Lake donde estuvimos UNA hora decidiendo donde poner las tiendas y como organizarnos para caber todos dentro. Después de eso montamos las tiendas e intentamos mantener la ropa seca y demás cosas que se hacen para poder llegar vestido a casa.

No habré llevado la cámara, pero Google Imágenes siempre será mi aliado

A la izquierda el lago, a la derecha, el río, y en medio acampamos nosotros

Es increíble la pureza del aire por aquí, si mencionar la cantidad de líquenes que hay por el suelo, aún con el cielo nublado se podían ver las estrellas. Repito, era precioso.

Al día siguiente nos despertamos a las 7 am para desmontar todo, desayunar y volver a casa. Seis millas de ida y otras seis de vuelta. Os podéis imaginar a quien le dolían los pies de caminar.

Al fondo se puede apreciar el lago
Desayuné eso
En el viaje de vuelta el cielo estaba despejado y el sol brillaba sobre las montañas. La imagen que se crea es preciosa, además de que el agua del río tiene un color que nunca había visto en un sitio natural. A eso le sumas las flores y los arándanos que había por ahí y podías coger y comer sin ningún problema.

La verdad es que fue una gran experiencia, ver a "niños" haciendo ese tipo de cosas y con ese espíritu de aventura, yo me pasé medio viaje pensado en que las personas de esa edad que yo conozco en España no habrían sido capaces de hacer eso y se habrían pasado todo el camino quejándose de lo cansados que estaban y poniendo cara de asco, además que los niños estos se preparaban ellos mismos todo lo que necesitaban para acampar allí y sabían perfectamente lo que tenían que hacer. Todo sea dicho, las mismas personas que hacen esto son las que cogen el coche para ir de su casa al supermercado que tienen en la calle de atrás.



Siendo sincero, aunque todo lo que esté haciendo sea increíble y me parezca genial, es muy difícil no sentirse solo en ningún momento. Sí, hay momentos en los que me siento solo, hay momentos en los que no sabes hasta que punto va a ser muy tarde y te entra miedo la posibilidad de no encontrar a alguien que te acompañe durante los siguientes meses. He conocido a mucha gente en estos días y no me acuerdo del nombre de nadie, y es complicado conseguir acordarse de la gente, aunque parezca una tontería, pero solo llevo aquí una semana y media, tengo la esperanza de que se me pase la tontería que llevo encima y vuelva a vivir despreocupado como he hecho siempre.

Para terminar, os dejo con unas fotos con calidad de la cámara rota de mi móvil para que os hagáis una idea de lo cerca que están las montañas de las casas.




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